Buscar piso, encontrar varios, compararlos y finalmente decidirte por uno puede llegar a ser un tanto estresante. Si a eso le añades que tienes un tiempo escaso para visitarlo se puede convertir en una verdadera pesadilla. ¿Qué miro? ¿Dónde miro? Es importante tener clara una cosa, las apariencias muchas veces engañan. A continuación os dejamos 10 consejos que os pueden resultar de ayuda.
- El tipo de estructura. Lo primero que tenemos que tener claro es qué tipo de estructura tiene el edificio en el que vamos a vivir. La mayoría de los edificios tienen estructura de madera o de hormigón. La madera es un elemento más cálido y con muchas posibilidades de diseño, mientras que el hormigón puede resultar más frío, pero el mantenimiento y la acústica son puntos importantes a tener en cuenta.
- La orientación. Soleamiento, calidez de los espacios, entorno del exterior, vistas que tengamos del mismo, exterior, interior... Pero ante todo: una vivienda mal orientada supone más gasto energético (calefacción, electricidad, etc.).
- Los espacios. Cuando las viviendas se presentan sin amueblar puede resultarnos difícil hacernos una idea del espacio y su aprovechamiento. Sobre todo en los dormitorios, hay que tener en mente el espacio que nos pueden ocupar los armarios. El espacio de almacenamiento es más importante de lo que creemos: nunca sobran armarios en una casa.
- Material y acabados. Las paredes, suelos y techos son los puntos clave dónde mirar para buscar posibles daños (grietas, humedades, etc.) que nos puedan alertar de un mal estado del edificio. Tan importante como revisar la calidad de los acabados es comprobar su estado de conservación.
- Puertas y ventanas. Aparte de mirar su buen funcionamiento y servirnos como una fuente de luz, ventilación y visibilidad, una correcta instalación puede suponer una gran mejora en cuanto a aislamiento, tanto térmico como acústico. También es conveniente estar informado de los diferentes materiales y las ventajas de cada uno.
- Instalaciones. Éste quizá es uno de los puntos más importantes a revisar, ya que siempre deberemos comprobar el suministro de las instalaciones. Para la fontanería abriremos los grifos simultáneamente para comprobar que no haya una pérdida de caudal. Revisaremos los mecanismos eléctricos y los puntos de luz, ya que nos darán una pista de si la instalación eléctrica es antigua y puede necesitar un cambio. También miraremos la calefacción, si es de gas natural o eléctrica, individual o comunitaria…
- Cocina y baño. Son dos estancias clave, ya que reformarlos puede comernos gran porcentaje del presupuesto con el que contamos. Por eso, aconsejamos comprobar todo lo anterior con lupa en ellos.
- Posibilidades futuras de reforma. Este punto es sobre todo importante en viviendas antiguas o de segunda mano. Hay viviendas que bien por su distribución, como por la de sus instalaciones presentan más o menos opciones a la hora de reformar.
- Zonas comunes del edificio. ¿También tenemos que fijarnos en los exteriores? Pues sí. Las zonas comunes forman parte del conjunto del edificio y son elementos importantes que la gente muchas veces olvida. Su estado nos puede decir mucho de la comunidad y nos puede evitar futuras “sorpresas” desagradables, ya que a nadie nos gustaría enfrentarnos a una derrama al poco tiempo de mudarnos.
- Asesoramiento. Como en cualquier otro aspecto de esta vida, un buen asesoramiento puede hacer que te ahorres mucho dinero y disgustos.
La clave siempre está en saber lo que estamos buscando y qué es lo que queremos conseguir. Y recordad, la primera impresión no siempre es la que cuenta.
