La arquitectura en la última década ha
sufrido muchos cambios, y de ahí que los arquitectos que por naturaleza somos
muy adaptables y curiosos, nos hemos ido adecuando a la situación y recuperando
el terreno que habíamos perdido. Muchas veces, incluso en nuestro entorno, nos
encontramos con esta frase: ¨Ah, ¿pero vosotros también hacéis esto?¨.
En este post vamos a intentar explicar de
forma resumida lo que un arquitecto hace y los valores añadidos que supone
contar con uno, ya que nuestra labor va más allá de lo que la RAE define como
arquitecto.
Lo primero que nos gustaría decir es que la
arquitectura no es solamente construcción y que para construir hay fases
previas en las que el papel de un arquitecto es imprescindible. Por lo tanto,
en proyectos de edificación y direcciones de obra, que puede ser nuestro
trabajo más evidente, no nos limitamos a hacer edificios, sino que también
actuamos en edificaciones que existen: reformas interiores tanto de viviendas
como de locales, informes técnicos para rehabilitaciones de elementos
constructivos (fachadas, cubiertas,etc.), interiorismo…
Podemos decir que lo que hemos descrito en el
párrafo anterior son fases de entrar en el barro, es decir, de construcción,
pero antes de llegar a esto, hay pasos en los que la ayuda de un arquitecto puede
ser muy clarificadora y beneficiosa. Por ejemplo, si estamos pensando en
comprar una vivienda, el asesoramiento de un arquitecto nos puede dar razones
objetivas en las que basarnos para decantarnos por un inmueble u otro.
Una vez estamos en obra o a punto de
comenzarla, un arquitecto nos puede asesorar en los siguientes aspectos:
obtención de permisos, contratación de gremios y comparativa de los
presupuestos, dirección de obra (en algunos municipios si se va a intervenir en
un edificio con estructura de madera suelen pedir que haya un director de
obra), infografías que ayudan a visualizar los espacios, cálculos de
estructuras e instalaciones...
Dada la situación actual, en la que la obra
nueva es muy escasa y el parque inmobiliario ya cuenta con
antigüedad, la labor del arquitecto en su mantenimiento puede ser muy
interesante y beneficiar a los propietarios del edificio ahorrando tiempo y
dinero. Nuestra labor puede ir desde el asesoramiento para el buen mantenimiento
y funcionamiento del edificio, donde la figura de la ITE/IEE cobra importancia, hasta a redactar certificados energéticos, que nos va
a dar las claves para poder hacer que nuestro edificio o vivienda se energéticamente
más eficiente y plantearnos cómo invertir en mejoras que nos hagan ahorrar
energía.
Dentro de las tareas más ligadas a la
construcción podemos encontrar algunos trabajos que la gente ni siquiera se plantea
hasta que le exigen alguno para seguir adelante con procesos en los que los
inmuebles son el objeto de estudio, venta o reparación, tales como tasaciones,
informes, dictámenes, peritaciones, en las que la labor del arquitecto es la de
aportar información objetiva sobre un problema, solución o valor , y conseguir
que diferentes agentes implicados puedan llegar a un acuerdo, o a falta del
mismo, imponer la solución más idónea, teniendo en cuenta factores
constructivos, urbanísticos, económicos, estéticos y técnicos.
Después de describir unas de las funciones
más comunes de nuestra profesión vamos a hablar de otras menos conocidas y, tal
y como hemos dicho antes, por los cambios sociales y económicos que se han dado
en las últimas décadas, nos hemos sabido hacer un hueco y responder a las
necesidades que se nos han ido planteando:
- Asesoramiento a comunidades
- Diseño de escenografías y entornos artísticos
- Amueblado y ambientación de edificios y locales
- Arquitectura efímera, Pop-up stores, stands…
Así que como veis, los arquitectos no solo hacemos casas, si no que nos dedicamos a muchísimas cosas más. Por ello, si en cualquier momento os veis en la necesidad de contar con la figura de un arquitecto, no lo dudéis y contactar con uno de confianza. Desde GureEra Arkitektura estaremos encantadas de trabajar con vosotros.